KARATE-DO

 KARATE SHOTOKAN

El Shotokan nace a manos de Gichin Funakoshi, a quien muchos consideran el padre del Karate Do. Sensei Funakoshi unió el estilo de Itosu y Azato, sus dos maestros quienes eran estudiantes de Sokon Matsumura. El estilo de Azato era Shorei, este le enseñó la raíz más apegada a lo chino. Por parte de Itosu aprendió el estilo Shorin, que en aquel tiempo ya poseía matices de Okinawa. La diferencia entre el karate de Sensei Funakoshi y el de los muchos otros alumnos era el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Para el año de 1891 la prohibición de las artes marciales en Okinawa era obsoleta y fue retirada, por lo que Sensei Funakoshi comenzó a dar clases al público.

A principios del siglo XX las visitas del comisionado escolar Shintaro Ogawa y el Capitán Naval Rokuro Yashiro ayudaron a dar a conocer en Japón el karate de Funakoshi. Tras la visita del príncipe Hiroito a Okinawa y con un poco de ayuda del fundador del Judo Jigoro Kano, con quien creó Kime-No Kata, después de esto, los años dorados vendrían y con ellos la fundación de la escuela Shoto.

El nacimiento de Yoshitaka Funakoshi fue fundamental en la historia del Shotokai, ya que este incorporó el Kumite (combate). Mientras que su padre había colocado un mayor énfasis sobre la Kata, Yoshitaka desarrolló el combate libre. Primeramente, diseño Gohon Kumite (combate a cinco pasos), donde el atacante realiza cinco ataques seguidos avanzando y quien defiende los bloqueos retrocediendo, aplicando un contraataque en la última defensa. En 1933 estructura también el Kihon Ippon Kumite (combate a una técnica), al año siguiente el Jiu Ippon Kumite, igual que el anterior, pero con movimiento, culminando con el Jiu Kumite, el combate libre, establecido en 1935. Yoshitaka también incorporó nuevas técnicas de pierna (Geris), como es el caso de: Mawashi Geri, Yoko Geri Kekomi, Yoko Geri Keage, Fumikomi, Ura Mawashi Geri y Ushiro Geri.

Shigeru Egami ShotokanEn 1935 se decidió que se necesitaba un dojo central (Hombu Dojo) por lo que se creó un comité nacional de practicantes de karate para construir el mayor dojo de karate del mundo. El 29 de enero de 1936 sensei Gichin Funakoshi inauguró el dojo que en la entrada tenía un letrero que decía Shotokan (la casa de Shoto). Shoto era el seudónimo que utilizaba el Maestro cuando era joven y significaba "Pinos que ondulan bajo el viento", ya que cuando joven, cerca de Shuri, su pueblo natal, observaba en el monte Tarao (Cola de Tigre) como el viento hacía que se movieran las copas de los árboles, lo que se asemejaba a las olas del mar. Por otro lado, el Tigre (además de su relación con el monte Tarao) emblema oficial de Shotokan, se basa en un diseño chino clásico que significa " El tigre nunca duerme". Simboliza el estado de alerta de tigre listo para la acción y la serenidad pacífica de la mente.

Después de la II Guerra Mundial y tras la reconstrucción del Hombu Dojo varios de los alumnos de Sensei Funakoshi regresaron para formar la Nipón Karate Kyokai (NKK, Japan Karate Association) que se dedicó a unificar los dojos y las universidades con el consentimiento del maestro. En 1956 es formada por algunos alumnos tradicionalistas de Funakoshi la asociación Shotokai (camino de Shoto). El 26 de abril de 1957 muere sensei Gichin Funakoshi.



SENSEI GICHIN FUNAKOSHI

1868 – 1957

Sensei Gichin Funakoshi nació el 10 de noviembre de 1868, en la ciudad de Shuri, Okinawa, proveniente de una familia de Shizoku (nobles). Su educación fue esmerada y siempre fue un niño de salud débil y muy enfermizo. Estando en el colegio fue introducido en el arte del Shorin Ryu; comenzó a recibir clases del maestro Azato, destacando por su constancia, habilidad y claridad de ideas. En algunos años se transforma en un joven fuerte y con una excelente salud. Este sería el inicio de una carrera en el karate que lo transformaría en el maestro más importante de todos los tiempos. Uno de los acontecimientos más importantes de su vida surgió cuando conoció al gran maestro Itosu. Bajo su tutela, en 1888 el joven Funakoshi alcanzó el nivel de maestro. Itosu fue quien le entregó a Funakoshi sus conocimientos sobre kata. Al mismo tiempo que progresaba en sus entrenamientos continúa con los estudios universitarios para ser profesor de colegio. Trabajando como profesor tuvo la oportunidad de introducir un programa de karate dentro de la educación física.

En 1906 Gichin Funakoshi y algunos de sus compañeros formaron un grupo para realizar demostraciones de karate alrededor de Okinawa, en particular estuvieron en la ceremonia inaugural del nuevo edificio de la prefectura. Allí dirigió un grupo de grandes maestros en una demostración de ese arte único.

En 1916 visitó Kyoto, donde realizó una demostración en el Butokuden, que en ese momento era el centro oficial de todas las artes marciales. Por aquellos años era presidente de la Okinawa Shobukai (Asociación Marcial de Okinawa).

En mayo de 1922 viajó a Tokio como invitado para la Primera Gala Gimnástica Nacional, organizada por la Butokukai, en la que se le pidió que realizara una exhibición. Esta tuvo mucha aceptación y fue la razón por la cual Gichin Funakoshi decidió radicarse y expandir el karate en Japón. Los primeros meses en Tokio no fueron fáciles, se quedó en el dormitorio de estudiantes en Suidobata, donde limpiaba las habitaciones y cumplía labores de jardinero.

En noviembre de 1922, Gichin Funakoshi publicó su primer libro: “Ryu Kyu Kempo Tode”, en el que trata reflexiones filosóficas e históricas sobre el Okinawa-te. Los originales de este libro se perdieron en el terremoto de 1923, lo que le llevó a publicar una nueva edición en la que introdujo numerosos cambios y que tituló: “Rentan Goshin Karate-Jutsu”.

En 1924 crea el primer club universitario de karate en Keio y en 1926 se crea el segundo en la universidad de Ihciko. Un año más tarde aparecen otros tres clubes en Waseda, Takushoku y Shodai. En 1930 Funakoshi ya dirigía una docena de dojos universitarios.

En 1945 muere su hijo Yoshitaka de tuberculosis, éste fue un duro golpe para el maestro, pues era su ayudante y en quien había depositado toda su confianza para que fuera su sucesor; decide entonces ir con su hijo mayor a Koshikawa. Ese año, durante un bombardeo queda destruido su Dojo Shotokan.

En 1947 fallece su esposa. Culminada la Guerra, Funakoshi decide volver para reconstruir su Dojo Shotokan con aquellos alumnos que no habían muerto en los combates contra Estados Unidos. Pero surge un inconveniente, las artes marciales habían sido prohibidas por un período de tres años, bajo el mando de las Fuerzas Norteamericanas de Ocupación.

Fue entonces Masatoshi Nakayama quién logró convencer a las autoridades para que se levantara la prohibición del Karate. Años después de la guerra el Karate fue el único arte marcial que se permitió practicar. Nakayama recibió el agradecimiento de todos los practicantes de Karate, pasando de ser alguien desconocido a tener una posición importante en el mundo del Karate.

En 1948 se funda la Japan Karate Associaton (JKA), para la cual se construye un nuevo dojo y Funakoshi queda como jefe instructor de la organización.

En 1953 las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos le solicitan al maestro que implante, junto con sus alumnos, un sistema de instrucción de este arte a todas las fuerzas militares norteamericanas.

Gichin Funakoshi muere el 26 de abril de 1957 en Tokio y su funeral fue realizado el 10 de mayo.

Un monumento en su memoria se ubica en la actualidad en el Monasterio Zen de Engaku-ji en Kamakura; lleva la inscripción:

“Karate Ni Sente Nashi” (el karateka no hace el primer ataque).


DOJO KUN

 

 Los 5 principios del Karate Shotokan

 

El Karate Do Shotokan no solo es un deporte de combate o un arte de lucha, sino también una filosofía de vida, que el maestro Gichin Funakoshi basó en el respeto y otros principios que tienen como origen la estricta filosofía del confucionismo, y el budismo zen, haciendo alusión al camino del guerrero japonés medieval o samurai.

 

Estos principios se resumen en el Dojo Kun, o reglas del salón de forja (Dojo) del practicante.

 

Algunas personas inician la práctica del Karate con el fin de poder resolver situaciones violentas o ganar competiciones. Es importante que el instructor haga entender a los practicantes estas 5 máximas, de manera que el objetivo de la practica quede orientado a conseguir estos principios que constituyen la base y el verdadero sentido del Karate-Do.

 Preceptos del Dojo:

 

1.     Esforzarse por la perfección del carácter.

Jinkaku Kansei Ni Tsutomeru Koto.

2.     Defender los caminos de la verdad.

Makoto No Michi O Mamoru Koto.

3.     Fomentar el espíritu del esfuerzo.

Doryoku No Seichin O Yashinau Koto.

4.     Honrar los principios de etiqueta.

Reigui O Omonzuro Koto.

5.     Guardarse contra la violencia.

Kekki No Yu O Imashimuru Koto.

                               

FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD

 

JINKAKU KANSEI NI TSUTOMURU KOTO

JINKAKU - CARÁCTER

KANSEI NI - PERFECCIÓN

TSUTOMU - OBJETIVO, INTENCIÓN

 

Tener como objetivo el perfeccionamiento del carácter y la personalidad. Nos enseña que el Karate-Do es más que un mero ejercicio físico. A través del entrenamiento riguroso, desarrollamos el espíritu de lucha y de superación. El practicante aprenderá a controlar su mente y a vencer las dificultades que el ejercicio físico le deparan. Fortalecer el espíritu ante las adversidades contribuye para el perfeccionamiento del carácter. Asimismo, aquellos que están físicamente más limitados tendrán siempre el espíritu para perfeccionar.

 

 

RECTITUD

 

MAKOTO NO MICHI-O MAMURU KOTO

MAKOTO - VERDAD, HONESTIDAD

MICHI - CAMINO

MAMURU - GUARDAR, TENER SIEMPRE EN MENTE

 

Tener siempre en mente el camino de la honestidad.

Defender siempre la verdad, ser honesto con uno mismo y con los demás.

 

 

ESFUERZO Y CONSTANCIA

 

DORYOKU NO SEICHIN-O YASHINAU KOTO

DORYOKU - PERSEVERANCIA

SEICHIN - ESPIRITU

YASHINAU - ALIMENTAR SIEMPRE LA IDEA

 

Mantener siempre el espíritu de perseverancia y esfuerzo. Esta máxima se refiere a la completa dedicación y al esfuerzo necesario que se debe de tener para alcanzar la maestría en el Arte Marcial. Sin esto sería imposible de conseguirlo.

 

 

RESPETO A LOS DEMÁS

 

REIGUI-O OMONZURU KOTO

REIGUI-O - ETIQUETA, RESPETO

OMONZURU - RESPETO

 

Mantener siempre el respeto hacia: El Karate-Do y su Etiqueta, el Maestro, los compañeros de entrenamiento y todo lo que nos rodea. El respeto hacia los demás es común a todas las Artes Marciales, en especial las japonesas. Se dice frecuentemente que las Artes Marciales comienzan y acaban con la Etiqueta (Respeto). La Etiqueta en el Dojo es particularmente bien definida con el Saludo (Rei) que todos tenemos que hacer al entrar y salir de él.

Antes de comenzar y al final del entrenamiento el instructor (Sensei) y los alumnos alineados en posición de "Seiza" meditan y saludan en memoria a los Maestros del pasado. La cortesía continúa durante el entrenamiento con los saludos que se hacen al inicio y al final de cada combate (Kumite) y de cada ejecución de Kata.

Esta máxima evidencia una fuerte tradición Samurai. Da sentido a la fidelidad que se debe mostrar hacia el instructor y hacia los compañeros de mayor nivel. La fidelidad demostrada hacia el instructor será compensada con la transmisión de sus conocimientos. Este lazo entre el instructor y el alumno es extremadamente valioso, constituyendo la base del aprendizaje y de la relación entre las personas.

 

 

REPRIMIR LA VIOLENCIA

 

KEKI NO YU-O IMASHIMURU KOTO

KEKI NO YU - AGRESIVIDAD

IMASHI MURU - CONTROL

 

Controlar en todo momento la agresividad y las emociones. Es responsabilidad de todos los practicantes abstenerse de comportamientos violentos. El objetivo del entrenamiento del Karate-Do es el control mental y físico y debe influir en nuestro comportamiento. Su utilización como defensa personal será sólo en caso de extrema necesidad y si no existe otra alternativa.



MORALIDAD EN EL KARATE

 

El objetivo más difícil de lograr en la enseñanza del karate, es el de inculcar credibilidad en los aspectos morales del arte. La mayoría de los estudiantes están interesados en los resultados inmediatos de las técnicas de lucha, y se preocupan poco sobre la moralidad que es el fundamento que los sustenta.

Se plantea la pregunta, "¿Si se está consciente completamente de la violencia inherente en la naturaleza humana, no estamos generando asesinos? ¿No estamos enseñando un arte que le permite a un ser humano destruir a otro?"

La respuesta debe ser, como siempre han respondido los grandes maestros okinawenses, "Sí, estamos conscientes de la violencia inherente en la naturaleza humana y que el arte incluye técnicas para matar con las manos vacías. Pero hay una moralidad involucrada, entretejida, en el entramado del karate, que controla la violencia y el uso del arte excepto bajo una condición -- la necesidad absoluta y peligro inminente--."

La retórica es buena, pero la pregunta es académica. ¿Cómo se logra enseñar técnicas de combate e inculcar moralidad al mismo tiempo?

La respuesta se encuentra en el kata, el corazón del karate. El kata tiene como objetivo entrenar la mente y no sólo para la auto defensa conceptual e intelectual. De hecho, lleva a la mente a estar en contacto con su verdadero estado, consigo mismo, ese es su verdadero propósito.

El kata en su sentido tradicional, es un ritual religioso. El arte de karate no significa la habilidad de excelencia técnica, que se desarrolla a través del entrenamiento físico, sino en la habilidad de lograr una meta espiritual a través de la práctica de kata, de tal manera que el participe lucha consigo mismo y tiene éxito en conquistarse a sí mismo.

La base del kata está en el concepto "Karate ni sente nashi", traducido literalmente, "en karate, uno no realiza el primer movimiento". Todo kata comienza con defensa y termina con defensa. El kata crea la convicción de que el verdadero karateka nunca golpea primero y nunca golpea con ira o enojo.

Durante la ocupación Satsuma de Okinawa, un Samurai japonés que le había prestado dinero a un pescador, hizo un viaje para recolectarlo a la provincia Itoman, donde vivía el pescador. No siéndole posible pagar, el pobre pescador huyo y trató de esconderse del Samurai, que era famoso por ser muy intransigente. El Samurai fue a su hogar y al no encontrarlo ahí, lo busco por todo el pueblo. A medida que se daba cuenta que no lo encontraba se volvió furioso. Finalmente, al atardecer, lo encontró bajo un barranco que lo protegía de la vista. En su enojo, desenvainó su espada y dijo: "Qué tienes para decirme", le grito.

El pescador replicó, "Antes de que me mate, me gustaría decir algo. Humildemente le pido esa posibilidad." El Samurai dijo, "¡Ingrato! Te presto dinero cuando lo necesitas y te doy un año para pagarme y me retribuyes de esta manera. Habla antes de que cambie de parecer."

"Lo siento", dijo el pescador. "Lo que quería decir era esto. Acabo de comenzar el aprendizaje del arte de la mano vacía y la primera cosa que he aprendido es el precepto: “Si alzas tu mano, restringe tu temperamento; si tu temperamento se alza, restringe tu mano."

El Samurai quedó anonadado al escuchar esto de los labios de un simple pescador. Envainó su espada y dijo: "Bueno, tienes razón. Pero acuérdate de esto, volveré en un año a partir de hoy, y será mejor que tengas el dinero." Y se fue.

Había anochecido cuando el Samurai llegó a su casa y, como era costumbre, estaba a punto de anunciar su regreso, se vio sorprendido por un haz de luz que provenía de su pieza, a través de la puerta entreabierta.

Afinó su ojo y pudo ver a su esposa tendida durmiendo y el contorno impreciso de alguien que dormía a su lado. ¡Muy sorprendido y explotando de ira se dio cuenta de que era un samurai!

Sacó su espada y sigilosamente se acercó a la puerta de su pieza. Levantó su espada preparándose para atacar a través de la puerta, cuando se acordó de las palabras del pescador: "Si tu mano se alza, restringe tu temperamento; si tu temperamento se alza restringe tu mano."

Volvió a la entrada y dijo en voz alta. "He vuelto". Su esposa se levantó, abriendo la puerta salió junto con la madre del Samurai para saludarlo. La madre vestida con ropas de él. Se había puesto ropas de Samurai para ahuyentar intrusos durante su ausencia.

El año pasó rápidamente y el día del cobro llegó. El Samurai hizo nuevamente el largo viaje. El pescador lo estaba esperando. Apenas vio al Samurai, este salió corriendo y le dijo: "He tenido un buen año. Aquí está lo que le debo y además los intereses. ¡No sé cómo darle las gracias!"

 

El Samurai puso su mano sobre el hombro del pescador y dijo: "Quédate con tu dinero. No me debes nada. Soy yo el endeudado."

El logro de la propia perfección es más importante para el artista marcial que lo posee, que sus habilidades físicas o técnicas.

El kata requiere mucha fe, tenacidad y trabajo duro para dominar. Cada vez que uno practica el kata, su primer y último movimiento le recuerdan "Karate ni sente nashi". Se enfatiza una y otra vez. "En el karate no hay ventaja en el primer ataque".

El kata tiene otra ventaja. En deportes hay adversarios físicos. Sin un adversario, un conjunto de reglas, jueces y árbitros, no hay competencia.

El kata es, en sí mismo, un profesor para siempre. No se tiene que estar en un dojo, excepto para estar bajo la mirada de un sensei, cuya función es asegurarse que se está yendo en la dirección correcta.

Aún así, muchos piensan que el kata no tiene sentido, posiblemente porque la primera exposición de ellos al karate se restringió a la mera técnica y en el ámbito de la lucha física. Donde falte la moralidad del karate, no existe karate.

 

Hubo una vez un hombre así, llamémoslo Kuwada.

Kuwada había comenzado su entrenamiento en las artes marcial es con el deseo de ser temido por todos los hombres. Pero pronto descubrió que no existían atajos en su camino desde principiante a maestro.

Desanimado por el entrenamiento incesante de kata, Kuwada le preguntó a su sensei, "¿Cuando aprenderemos alguna otra cosa? He estado aquí bastante tiempo y es kata, kata, kata todos los días."

Cuando su sensei no le respondió, Kuwada fue donde el asistente del maestro y le hizo la misma pregunta. Este le respondió: "El entrenamiento de kata es para pulir la mente. Es mejor afeitar tu mente que tu cabeza. ¿Entiendes?"

Kuwada no entendió y en protesta dejó el dojo, embarcándose en una notoria carrera como el mejor luchador callejero en Shuri. Era duro, sin duda. "Una pelea por noche", era su dicho, siempre alardeaba "no le temo a ningún hombre viviente."

Una noche, Kuwada vio a un extraño caminando calmadamente siguiendo una pared de rocas. Kuwada se irritó al ver tal compostura en otra persona. Corrió rápidamente al cruce de camino y esperó a que pasara el hombre.

Cuando lo hizo, Kuwada saltó y le tiró un golpe de puño, pero el hombre esquivó el golpe y le tomó el brazo. A medida que tiraba a Kuwada hacia él, lo miraba fijamente a los ojos. Kuwada trató de zafarse, pero no pudo. Por primera vez en su vida Kuwada sintió una sensación extraña, miedo a la derrota.

Cuando el hombre lo soltó, Kuwada corrió, pero miró por sobre su hombro para ver al hombre caminando calmadamente como si nada hubiese sucedido. Kuwada averiguó posteriormente que aquel hombre era un maestro de kata, un artista marcial que nunca en su vida había peleado.

Aquel que se domina a sí mismo es el más grandioso de los guerreros. Esta es la cosa más obvia para un maestro en las artes marciales.

 

Por Richard Kim.

Del libro. "The Weaponless Warriors", 1974. Ohara Publications, USA.


MOVIMIENTO UNO DE HEIAN SHODAN


1.   El primer movimiento se inicia mediante un giro simultáneo de la cadera izquierda en la sala hacia shomen; cuerda de hidari gedan barai (extensión hacia la izquierda de la 'mano guía' derecha y el puño izquierdo hasta el hombro derecho); girar la cabeza para el chakugan correcto; soltando el peso; e inversión hacia la izquierda de la pierna / pie derecho, girando sobre el talón derecho / kakato chushin.

 

También hay una inhalación natural a través de las fosas nasales, un enfoque de los ojos y una mente decididamente despejada / relajada. La intención es tanto la calma / control mental como la receptividad al entorno. Para lograr esto, el poder se concentra en el tanden / hara, que tiene la sensación de hundirse en la parte inferior del abdomen y, curiosamente, relajar los ojos. Es decir, tener cara de póquer, sin expresión. Esto refleja el nombre平安(Heian) que se traduce como” pacífico”.

 

2.   El movimiento uno se completa ejecutando simultáneamente un hidari gedan barai rápido; conducir la pierna izquierda 90 grados hacia adelante desde el talón derecho; torcer la cintura / caderas hacia la derecha en hanmi; y tirando con fuerza el puño derecho hacia la derecha — uken migi koshi (hikite); y una exhalación inaudible de la boca.

 

Una vez completado el primer movimiento, relaje conscientemente todos los músculos con la excepción del shime de las articulaciones (es decir, el mantenimiento de una postura perfectamente erguida: pelvis, espalda y cuello; puños / seiken, hikite correctamente formados) y posiciones de rodilla / pie.

 

En resumen, reflejando nuevamente el nombre del kata, uno debe pasar de la inacción completa a la acción explosiva, y luego volver a la inacción completa en un instante..

 

Fuente: http://andrebertel.blogspot.com/



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